Escrito por: Psic. Daniel Galindez
Depresión / Luchar o comenzar a Morir...
Ya era tarde para darnos cuenta que no
tocábamos el fondo quise regresar nuevamente a la orilla pero por más que
intentaba nadar no podía, ante las olas nuestro intento era un fracaso, comencé
a sentir miedo y desespero, la angustia me incitaba una y otra vez a pensar en
la muerte. “No estaba dejando de luchar simplemente comenzaba a morir”.
Tuve la conversación más intensa de mi vida
conmigo, era el momento preciso
para despedirme o encontrar una solución, por fracciones de minutos pasaron
todo lo que podía lograr pero estaba lejos de la orilla. No podía aceptar que
tantas herramientas que tenía y no podía utilizarlas, como psicólogo debía
hacer algo, ¿Qué pensarían de mí? El psicólogo se ahogó en su propia angustia,
por eso me sumergí y decidí comenzar a relajar mi cuerpo, pensar con frialdad,
determinación y fuerza la única solución que encontré era salir en saltos
verticales hasta encontrar un sitio plano... “Solo había entrado a un vació que
mi angustia no entendía”
NADAR O SUMERGIRNOS...
Pensaba en esta situación y quise compararla
con la depresión, cuando estamos en profundidades del mar nuestra mente lo
asocia a lo que hemos escuchado, lo profundo es sinónimo de muerte, recuerdo a
mi padre decir “Solo estén en la orilla” lo que estaba viviendo no era mi miedo
sino el temor de mi padre, de la sociedad, familiares o amigos, me habían dicho
tantas veces que estar en profundidades es sinónimo de muerte que mi mente lo
creía al punto que comenzaba a despedirme de todo cuando tenía la mejor
herramienta - Yo - “La profundidad o el vació que sentimos no es para matarnos
sino para reconocer quienes somos”
Yo sabía lo que era una depresión la había
vivido en un momento de mi vida, reconocí que durante esos días de vacío, de
tristeza o angustia me encontraba conmigo y ese era mi temor… como ahora el de muchos,
no deseaba sentirme inseguro, improductivo, sentía una fuerte necesidad
afectiva que no dejaba que yo saliera de mi cama, solamente deseaba que esos
gratos momentos regresaran, tantos pensamientos me transportaban una y otra vez
a pensar en la muerte, me di cuenta que esa no era la causa de mi depresión,
sino haberme encontrado conmigo, ese yo que generaba en mi inseguridad y todo
este miedo, quería estar tan lejos de él que sentía que cada vez que nadaba en
busca de la orilla el me regresaba hacia atrás.
ACEPTANDO NUESTROS ERRORES...
Cometí tantos errores en mi vida que no quería
volver a recordarlos, lo mejor era alejarme de mi, pero si quería llegar a la
orilla debía sumergirme y no preocuparme tanto por lo que podía pasar si tal
vez alguien descubría ese lado de mí que nadie conocía, solamente me sumergí y
comencé un dialogo conmigo.
Sabía que por los próximos días debía aceptarme, debía aceptar mi miedo, mi pasado, mi angustia, debía aceptar aun aquellos errores que no había cometido, era como un ritual sabía que debía perdonarme, sabía que debía acercarme más a mí y no temer, “La mejor muerte la encontré en el vacío, pude enterrar el pasado”.
Sabía que por los próximos días debía aceptarme, debía aceptar mi miedo, mi pasado, mi angustia, debía aceptar aun aquellos errores que no había cometido, era como un ritual sabía que debía perdonarme, sabía que debía acercarme más a mí y no temer, “La mejor muerte la encontré en el vacío, pude enterrar el pasado”.
Rápidamente entendí que estar en la
profundidad era como estar en la orilla, solo debía quitar de mí el temor, la
ansiedad por cubrirme y no dejar ver a mi yo inseguro, de ahora en adelante me
decía es natural lo que sientes, miedo, pena, inseguridad, tristeza, angustia…
Al parecer esta tregua trae resultados efectivo, cuando quería angustiarme lo
aceptaba pero rápidamente también aceptaba que tenía otras emociones de las
cuales ayudarme en mi angustia “la paciencia”, y así cooperaba para salir del
vacío, comencé a saltar, y ya no estaba contra las olas sino que las utilizaba
para acercarme a la orilla, para mi miedo “La Fe” la inseguridad era mi mayor
enemigo, debía saber cómo compensarla y decirle no estás sola, yo estoy
contigo, comencé a aceptar que habían cosas que yo no podía hacerla, acepte que
sentirme inseguro era una forma de reconocer que estar al corriente de lo que
sucedería si tomaba alguna decisión, era natural sentirlo, así somos, por lo
que comencé a determinar mis decisiones y decir un Si con fuerza y un No con
miedo… “Aceptar mis emociones, me llevo a reconocer otras que tenía dentro de
mi”
POR LOS PRÓXIMOS DÍAS...
Por los próximos días te invito a reconocerte,
yo quise salir de las profundidades porque tenía miedo de estar conmigo, me
acepte con mis limitaciones y disfrute encontrar soluciones que yo si podía
hacer, esto me permitió fortalecer mi espíritu y me rete por los próximos días
de mi vida hacer algo nuevo… “Saltando también se llega a la orilla, mientras
no luches contigo”
Por ultimo cuando pasaba por alguna crisis
económica, emocional o psicológica, me encontraba con el fracaso de mi vida,
pero a su vez cooperaba para encontrar nuevas ideas de llegar a la orilla,
alguna tabla o idea siempre puede ser una herramienta, pero nunca quise
quedarme con una sola emoción de mí. “Fracasar solo me llevo a conectarme con
mis ganas de seguir intentando”
CONSIDERA LO SIGUIENTE:
Encuentra tu temor y contrasta tus emociones y
coopera para hacer de ellas una sola.
La sociedad siempre dirá que nadar en la
profundidad es peligroso porque nadie ha estado ahí.
En la tristeza también encontré recuerdos
emocionantes de mí que me dieron fuerza para enterrar a los otros.
Salir del agua me ayudaba a respirar, mientras
quedarme en casa me ayudaba a asfixiarme.
En el vacío del mar, nadie podía escuchar mi
voz pidiendo auxilio, solo podía escucharme a mi
Comencé a gritarme tantas cosas, que podía
ahogarme o ayudarme a salir, entonces decidí que mi voz era mi única salva-vida.
Cuando me reconocí deje de temerme al final
sabía que regresaría de alguna forma a la orilla.
Corintios 4:17
Traducción en lenguaje actual (TLA)
Las dificultades que
tenemos son pequeñas, y no van a durar siempre. Pero, gracias a ellas, Dios nos
llenará de la gloria que dura para siempre: una gloria grande y maravillosa.
Esto es Psicología
Ágape una forma de educarnos con amor, por el Psic Daniel Galindez Gracias por
compartir...